El mercado de las dos ruedas en la Argentina no quita el pie del acelerador. En un contexto económico donde el consumo masivo todavía muestra signos mixtos, la industria de la motocicleta logró desacoplarse y sostiene una curva alcista consolidada que es más que un simple rebote.
Los números de octubre confirmaron lo que las terminales venían anticipando: el 2025 cerrará con un volumen de operaciones que hace mucho no se veía en los concesionarios.
Según el último relevamiento de la División Motovehículos de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara), en octubre se patentaron 61.120 unidades. El dato representa una suba del 3,1% respecto a septiembre, pero el verdadero salto se observa en la comparación interanual, con un contundente crecimiento del 32% frente al mismo mes de 2024.
El acumulado de los primeros diez meses del año alcanza las 535.950 unidades, lo que implica un incremento del 38,9% contra el mismo período del año pasado. Con estos papeles sobre la mesa las proyecciones para el brindis de fin de año se corrigen al alza: el sector se encamina cómodamente a perforar el techo de las 600.000 unidades patentadas, un hito que oxigena a toda la cadena de valor, desde las terminales hasta la red motopartista nacional.
¿Qué compra el argentino hoy?
Si se hace zoom en la demanda, la radiografía del mercado muestra un comportamiento racional del consumidor. La moto se ha validado no sólo como un vehículo recreativo, sino fundamentalmente como una solución logística y una herramienta de trabajo insustituible ante los costos de mantenimiento de un automóvil.
El reinado de la baja cilindrada es absoluto. Las motos de 110 centímetros cúbicos –el famoso segmento CUB– siguen siendo el driver principal del volumen y capturan la porción mayoritaria del market share. Aquí la ecuación es precio-producto: vehículos económicos de adquirir, baratos para mantener y ágiles para el tránsito urbano colapsado. Pero existe vida más allá de la 110. Se observa un interesante crecimiento en el segmento de 150 cc, tanto en modelos street como on-off. Este nicho comienza a captar a un usuario que busca un upgrade de su primera moto o bien una alternativa de movilidad interurbana más robusta, dispuesto a pagar un precio un poco más alto por mayor seguridad y prestaciones. Entre las dos primeras categorías suman un 88,3% del market share.
El segmento de media gama (>300cc) muestra movimientos de nicho muy específicos. Marcas como Kawasaki, Royal Enfield o las líneas premium de marcas generalistas han mantenido una demanda cautiva, apalancada en usuarios que ven en la moto un refugio de valor en dólares o un bien aspiracional de disfrute de fin de semana.
Marcas y modelos
En el terreno corporativo, la japonesa Honda mantiene su liderazgo histórico e indiscutido. En octubre volvió a mirar a todos desde arriba con casi 12.000 unidades patentadas. Sin embargo, la pelea por el segundo puesto es encarnizada. Gilera se consolidó en esa posición con una estrategia agresiva de precios y disponibilidad, seguida muy de cerca por Motomel y Zanella, marcas que juegan fuerte en el interior del país y que completan el “Top 4” de las elegidas. Keller, con su fuerte penetración en el canal de retail, cierra el lote de los cinco grandes.
En cuanto a los modelos, en el ranking de los más vendidos prevalece lo utilitario:
1- Honda Wave 110: el best-seller indiscutido. Un cheque al portador en términos de reventa que lidera cómodamente el ranking hace meses.
2- Gilera Smash: la escolta inagotable, que pelea el volumen con una propuesta de valor muy competitiva.
3- Keller KN 110-8: la sorpresa que se ha vuelto costumbre, traccionada por planes de financiación en cadenas de electrodomésticos.
4- Motomel B110: un clásico de la movilidad urbana.
5- Corven Energy 110: completa el quinteto de punta, todas pertenecientes al segmento CUB.
Más abajo en la tabla aparecen modelos de mayor porte como la Honda XR150L o la Motomel S2 150, demostrando que el salto de cilindrada es el próximo desafío para el mercado.
Proyecciones y clima de negocios
“El mercado tiene inercia positiva”, aseguran fuentes de la cámara de fabricantes (Cafam). La financiación ha jugado un rol clave en este 2025; la reaparición de cuotas a tasas un poco más amigables ha sido el lubricante necesario para que el aspiracional se convierta en venta cerrada.
Para el cierre de año se espera un piso alto de actividad, ya que no se avizoran nubarrones en el corto plazo para el sector. La disponibilidad de divisas para la importación de kits CKD (las partes para ensamblar) se normalizó respecto a años anteriores, lo que permite a las fábricas tener un flujo de producción previsible y evitar los quiebres de stock que tanto daño hicieron en el pasado.
El desafío para 2026 será cualitativo: ¿podrá el mercado argentino empezar a madurar hacia cilindradas medias o seguirá siendo un océano de 110cc? Por lo pronto, las terminales celebran: las ventas están, y los motores rugen.
El segmento de entrada tracciona el volumen, pero las marcas ofrecen un portfolio
diversificado. ¿Qué buscan los consumidores?
DOS RUEDAS
A fondo: el mercado de motos rompe el techo y va por las 600.000 unidades
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