Política y economía,
mezclados en
el mismo lodo
Por GABRIEL GONZÁLEZ
La política argentina tiene dos hitos decisivos por delante. El 7 de septiembre se votarán cargos legislativas en el estratégico distrito de Provincia de Buenos Aires y el 26 de octubre será la elección para renovar bancas en el Congreso de la Nación.
Las encuestas prevén un triunfo del oficialismo en las nacionales, resultado que le permitiría al robustecer su pobre presencia parlamentaria. Aunque deberá seguir obligado a pactar con otras fuerzas, se prevé que una ratificación electoral provocará que los gobernadores que tomaron distancia vuelvan a amigarse con el poder central, y que con la nueva composición de las cámaras será más fácil hacer avanzar las leyes que se estacionaron en el Parlamento y las reformas tributaria, previsional y laboral.
Es una señal que esperan empresarios e inversionistas para que retorne la calma de los mercados. Más allá de cuestionamientos sobre la política económica que viene aplicando el gobierno, un punto clave será ver cuánto resto le queda al kirchnerismo en sus aspiraciones de retomar el poder.
Ese espacio lidera a la oposición con una ofensiva parlamentaria que apuesta a demoler la piedra basal del gobierno, el déficit cero, mientras que gobernadores de otro palo basculan en sus posiciones apostando sobre todo a descongelar fondos de coparticipación. Al cierre de esta edición quedaba firme el veto sobre los aumentos a las jubilaciones, pero se ratificaron fondos para discapacidad, mientras que una decena de proyectos destinados a incrementar el rojo de las cuentas públicas esperan turno en una u otra cámara.
La ofensiva opositora enrarece el clima económico y complica en los números a Milei, pero al mismo tiempo le permite polarizar, poniendo a todo el resto dentro de la misma bolsa. Es una apuesta riesgosa, sobre todo luego de que tropezaron algunas decisiones económicas, como el retiro de las letras (Lefi) del mercado. En un tira y afloje con los bancos, el gobierno impuso un inédito nivel de encajes a las entidades financieras, al punto que el volumen de dinero estaqueado supera al circulante.
Las tasas de interés volaron por las nubes y torpedean la reactivación económica. Es un costo que el gobierno asume para mantener la plaza seca de pesos e impedir que se dispare el dólar y por ende la inflación, que tiene impacto sobre la economía real. Si bien los niveles de endeudamiento de las empresas permanecen muy por debajo de los estándares internacionales, buena parte de la recuperación del consumo se sostiene en base a crédito. Cómo impactará un frenazo a la recuperación cuando la inflación ya pasó a ser un tema secundario para la gente, será una cuestión a develar en las urnas.
Director de Punto biz
NOTA DEL EDITOR
Milei v. Kicillof. Se tensa la cuerda por las elecciones y complica todo.