Ubicada en la vanguardia de la industria mundial, la minería en Chile trabaja en una constante evolución. Como parte de esa estrategia, en 2015 se logra la institucionalización del Programa Nacional de Minería Alta Ley, una iniciativa público-privada en la que participan la industria del sector, sus proveedores, el Estado, la academia y centros de I+D. La iniciativa busca atender los desafíos de productividad, seguridad y respeto al medio ambiente de la minería y, a su vez, crear, fortalecer y dinamizar el ecosistema de innovación minero.
Como un desprendimiento, la Corporación Alta Ley es una organización destinada a articular las capacidades existentes en entidades y organismos públicos y privados en la industria minera, con el propósito de promover y propiciar el desarrollo del sector a través de iniciativas, programas y proyectos que permitan resolver los desafíos relevantes de la minería a través de la transferencia de tecnologías y trabajo colaborativo entre todas las entidades del ecosistema, buscando mejorar la competitividad y sostenibilidad del negocio minero.
Programas de desarrollo de proveedores y financiamiento público
* El desarrollo de proveedores responde habitualmente a la definición de planes de acción incorporados en la estrategia de desarrollo productivo de largo plazo de los países, o bien a su definición como sector prioritario para la economía. En el caso de las economías mineras como Australia, Canadá y Chile, la actividad minera extractiva permite desarrollar capacidades y conocimiento experto que habilita la industria proveedora local. En el caso de otros países, donde la actividad extractiva es menos relevante, la apuesta se orienta a proveedores con una fuerte componente tecnológica asociados, más bien, al desarrollo del sector manufacturero y servicios especializados aplicables a la minería y otros sectores productivos.
* En la lógica descrita anteriormente, los incentivos y alternativas de financiamiento para proyectos de I+D, mejoras a la productividad y competitividad, o innovación empresarial, tienden a ser transversales para los distintos sectores económicos. Por otro lado, Australia definió al sector de METS como área prioritaria y el gobierno ha realizado aportes de financiamiento basal, de largo plazo y acorde con la escala de la industria, a centros de investigación minera que apalancan recursos desde la misma industria para el desarrollo de proyectos colaborativos, que permiten incrementar el nivel de sofisticación y la capacidad exportadora de las METS.
* En menor medida, Canadá también realiza esfuerzos en esa línea con los MSS. Finlandia, mediante el centro Tekes, de Suecia, a partir del hub minero liderado por la Universidad de Lulea, y Noruega, también invierten importantes recursos gubernamentales para el desarrollo de su industria con una fuerte base tecnológica para el desarrollo de proveedores mineros de clase mundial.
• Estados Unidos, Japón, y en menor medida Brasil, apuestan principalmente al desarrollo de la industria tecnológica y manufacturera.
* En el caso particular de Brasil, se registran programas de desarrollo de proveedores que han sido extensamente utilizados por las grandes compañías mineras, especialmente Vale. Un ejemplo de esto es el programa Redes e Innove. Las empresas mineras elaboran diagnósticos que ayudan a identificar oportunidades y brechas que pueden ser cubiertas por los proveedores mineros.
* Lo que se evidencia en el caso chileno son iniciativas exitosas, pero aisladas, con la participación de algunas compañías y proveedores de la minería que han tenido resultados favorables en términos de nuevos productos y servicios, y su posterior internacionalización. No obstante lo anterior, el sector de proveedores locales está lejos de alcanzar a sus pares australianos, canadienses o finlandeses.
n La revisión de los programas de financiamiento público a los que podrían postular proveedores locales en Australia, Canadá y Chile muestran grandes diferencias en volúmenes de recursos destinados, o expresados porcentualmente con respecto al Producto Interno Bruto de cada país.
De acuerdo con la información disponible, Canadá gastaría anualmente 1,10% del PIB en este ítem, Australia, un 0,2% y Chile, un 0,02%. Es necesario aclarar que los programas de financiamiento son transversales a todos los proveedores, sin una focalización evidente al sector de los proveedores mineros, sino más bien con un enfoque del tipo financiamiento “overarching” para el desarrollo de toda la industria.
* En el caso chileno, la definición de una estrategia de desarrollo de largo plazo para los proveedores no es evidente, como tampoco la continuidad en apoyos focalizados para la obtención de créditos, alternativas de financiamiento o incentivos tributarios que apoyen a proveedores de empresas pequeñas para el desarrollo de sus capacidades de gestión comercial y de innovación, la generación de nuevos productos y servicios y el desarrollo de su capacidad exportadora. Frente a proveedores de otros países que compiten en los mercados globales, buena parte de las empresas chilenas tiene muy pocas chances de competir en el campo internacional sin considerar la implementación de algunos de estos aspectos.
Por último, se describen algunas conclusiones generales en torno al análisis realizado:
* La dotación de abundantes recursos minerales no asegura innovación permanente ni desarrollo tecnológico de la industria minera ni de sus proveedores.
n La definición de una estrategia de desarrollo productivo de largo plazo -en coordinación con el ecosistema público, privado, industrial, académico, de I+D y de financiamiento– y la base industrial tecnológica de los países es clave a la hora de transitar desde la economía de recursos naturales a la economía del conocimiento. Si no existe capacidad instalada ni capital humano, la oferta local de bienes, insumos y servicios es limitada.
* Si bien las experiencias no siempre son replicables, como tampoco las condiciones que definieron estas estrategias, pueden rescatarse algunos elementos comunes desarrollados por los países que podrían considerarse como referentes.
Algunos de estos elementos son:
* En términos generales, cada país ha habilitado centros de investigación, agencias de fomento, escuelas técnicas y universidades para apoyar a la actividad minera y satisfacer las necesidades de personal calificado que la industria minera necesita.
* Debido a la presencia de las compañías mineras, en su mayoría de capitales privados, se han desarrollado capacidades de investigación aplicada, y dirigida a resolver problemas presentes en las operaciones mineras.
n Se aprecian esfuerzos para generar alianzas y espacios colaborativos entre el sector público y el privado, así como entre la industria y la academia. Las asociaciones productivas definen agendas de investigación y fuentes de financiamiento que permiten el desarrollo de proyectos por parte de las empresas, las universidades y los centros de investigación.
* En los países analizados el desarrollo de la industria proveedora de bienes, insumos y servicios para la minería ha generado importantes externalidades positivas, en principio internamente, y luego expandiéndose a través de los mercados internacionales, también de
la mano de empresas mineras de sus países de origen, en algunos casos.
* Este desarrollo no ha sido espontáneo. En la mayoría de los casos han existido políticas públicas para invertir en desarrollo tecnológico, con una clara y definida visión país sobre los temas prioritarios, y con agencias que financian y coordinan los esfuerzos de manera
consistente en el largo plazo, así como una estrecha colaboración a través de asociaciones público - privadas que han permitido el crecimiento de esta industria.
* Los países analizados tienen una larga tradición minera que les ha permitido acumular una serie de habilidades y conocimiento que no sólo se ha puesto al servicio del sector, sino que también se ha trasladado hacia otros sectores como la ingeniería, manufactura de equipos, maquinaria y servicios especializados para las compañías mineras y otros clientes finales.
* Los países han realizado esfuerzos tempranos para construir mapas geológicos de la zona en donde se descubrieron los primeros yacimientos, para posteriormente mapear todo el territorio con el apoyo de la información geológica levantada por las empresas mineras y de exploración. Estos mapas sirvieron de guía para hacer más prospecciones y exploraciones, a partir de los esfuerzos de los gobiernos por publicar información geocientífica de manera gratuita e incentivar la exploración.
Las experiencias de Australia, Canadá y Chile
en el desarrollo de proveedores mineros
Ubicadas en la vanguardia de la industria, exponen una aceitada articulación entre lo público y lo privado, con un trabajo colaborativo que potencia a todos sus actores.
UN ESPEJO EN EL QUE MIRARSE
UN ESPEJO EN EL QUE MIRARSE
La sociedad público - privada ha sido clave para la minería en países como Chile.
La transferencia de tecnologías y trabajo colaborativo alimenta todo el ecosistema.
El desarrollo de los proveedores es posible
con planes a largo plazo.